


RATATOSK

Ratatosk vivía felizmente en el Yggdrasil, molestando al Águila sin nombre y comiendo las bellotas que infinitamente crecían en las ramas intermedias del fresno. Nadie sabe de donde salió, parece tener los mismos años que el mas joven de los mundos, lo cual suma miles de millones de años. Es una criatura sumamente veloz, capaz de moverse a velocidades supersónicas y comunicarse con cualquier ser vivo, independientemente del idioma o el mundo en el que viva. Su carácter simpático y juguetón le valió la simpatía de los dioses de Asgard, en especial de Frigg, señora de Asgard, diosa de la videncia y esposa de Odín. A pesar de ser de natural agradable, Ratatosk apreciaba mucho su independencia y solo cuando Frigg se lo pedía solía acercarse a Asgard. Durante milenios Frigg pidió favores a Ratatosk a cambio de Bellotas de Midgard, las cuales tenían un sabor especialmente sabroso. Frigg reía desde el cariño ante estas exigencias tan nimias por parte de la ardilla, ya que si no fuese por ella muchas guerras podrían haber acabado terriblemente mal. Ratatosk utilizaba su velocidad y su capacidad de comunicarse para llevar las ordenes de Asgard a los aliados de los nueve mundos en momentos críticos de máxima necesidad. Estos favores le valieron el derecho a recibir un don de Jord, diosa de la naturaleza. Esta, acaricio la cola de Ratatosk, formando una runa blanca sobre ella. Esta runa le concedió a Ratatosk la capacidad de volar, facilitándole no solo su labor para con Asgard sino que, y esto es el mayor regalo para ella, poder alcanzar mas fácilmente las bellotas de los arboles. Cuando Loki escapo, Frigg pidió a Ratatosk que ayudase al Guardian de Midgard con la defensa de la puerta, ya que Loki iría a atacarle como venganza por lo que le hizo Tyr. A cambio de su ayuda, el Guardian pidió a los clanes que siempre que pudiesen trajesen bellotas para Ratatosk, quien de buen agrado aceptaba las ofrendas, las cuales atesoraba en un pequeño saco que el propio Guardian preparo para ella. Desde entonces, es un aliado imprescindible para la defensa de la puerta y una gran amiga del Guardian.