


CLAN DEL OSO

Cuando el Guardian creo los clanes, uno de los motivos fue la belicosidad de Harald Hargunson, un Jarl del norte de Escandinavia que llego a las tierras de la puerta en la primera llamada. Como era costumbre en su tierra, la batalla era un lenguaje común y, a pesar de su valía como líder y guerrero, genero tantos conflictos que el Guardian tuvo que crear a los tres clanes para dividir a sus guerreros según su personalidad. Harald fue el primer líder del Clan del Oso y como fieles defensores de la puerta, se asentaron en la entrada principal a el Valle de la puerta, al sur de esta. La diosa Var, sorprendida por la fiereza y lealtad del clan, pidió a Heimdall que concediese parte del poder de Valhir a los vikingos y valkirias de su clan. Heimdall decidió conceder el don de la fuerza de Valhir a quienes luchasen sin ayuda contra un oso en un rito de iniciación. El oso no podía morir, ya que este, una vez derrotado, pasaría a considerarse familia del guerrero/a, bebiendo la sangre uno del otro la noche tras su combate. Este rito de iniciación se sigue repitiendo hoy día con todo el que quiera formar parte del Clan del Oso, concediéndoles la capacidad de rugir como Valhir y convertir sus cuerpos en imparables maquinas de matar.
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Como clan, su vida es muy disciplinada: comer, entrenar, luchar y mantener la guardia día y noche. Tienen una celebración anual propia llamada Valargis, en la que llevan a cabo rituales de la antigua Escandinavia, que incluyen festines, sacrificios de sangre (hoy día de los propios guerreros dejando caer sangre de sus manos) y orgias nocturnas.